El primer libro de “Crónicas de la Tierra”
ZECHARIA SITCHIN
Un libraso:
Hace algún tiempo alguien me volvió a hablar sobre un tema que no platicaba desde hacia bastante tiempo; los extraterrestres.Creo que la razón por la cual no le daba mucha cabida al diálogo era por lo rebuscado que se planteaba siempre el asunto, y por otro lado me daba un poco de rebeldía que como que te quieran imponer ideas con force en vez de compartir momentos de charla.Claro que no por eso, particularmente en mi caso, iba a dejar de seguir leyendo por la mia todo lo que atrae mi atención/curiosidad y mucho menos perder la capacidad de perderme en algún relato bien construido ya sea en formato libro, video, revista, o cuando muuuuy esporadicamente tengo la oportunidad de escuchar a alguien hablar con la autoridad que proviene de haber comprendido de verdad un asunto y con la consiguiente naturalidad. El asunto puede ser verdadero o no, siempre que no pretenda estatus de imposición.
Y, precisamente, entre una que otra nota y opinión sobre las primeras civilizaciones siempre tan interesante y donde inevitablemente aparece la legendaria Summer (Sumeria), me hacen llegar este libro que de verdad vuela la cabeza.
Para no hacerla tan larga te digo que lo leas sin expectativas, para que no se generen conflictos que te priven de avanzar en la lectura. Porque si bien el autor dá por sentado la veracidad de lo que te relata y uno puede no estar de acuerdo ( incluso antes de leer nada como seguramente le pasará a mas de uno, pobre) los sucesos que te cuenta , apoyado con datos históricos, documentos encontrados y certificados te ponen en lugares donde todo empezó y lo vivís (literal, no te miento) y lo ves y te lo crees y antes que reacciones del primer impacto que resulta de revivir la creación del Sistema Solar y obvio de la Tierra, ya el tipo te posiciona en el mismo lugar donde habitan "los dioses" (que no son tales) y te lleva a asociar y a comparar y en un momento todo se ve tan claro que...
En ese momento rescatate porque se te va la cabeza a la mierda, después no digas que no te avisé.
En fin, yo lo leí y acá estoy, ni mas loco (ni mas sano, por supuesto) ni buscando platos voladores, pero si con ese saborcito agridulce que te dejan las buenas historias cuando se terminan.
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